miércoles, 1 de diciembre de 2010

Encuentro en Portocaliu: el exilio de Omar Lara en Bucarest

El chileno Omar Lara es uno de los grandes poetas sudamericanos. Su ideologia socialista, provoco que, ya como poeta famoso tras fundar la revista de poesía Trilce de Valdivia, en 1964, se exiliara tras el golpe de estado organizado por Washington y ejecutado bajo la dirección del General Pinochet el 11 de septiembre de 1973, con el fin de derrocar al presidente Salvador Allende y acabar con los intentos del pueblo chileno de construir una democracia verdadera.

En 1964 publicó su primer libro de poemas, "Argumento del día", con el que se zampó los elogios de la crítica de la época. También fundó ese año el grupo Trilce -tan dulce y triste en homenaje a Vallejo- y la revista homónima, en complicidad con los poetas que por esos días se movían en Valdivia, como Federico Schopf, Waldo Rojas y Enrique Valdés. La efervescencia sureña de esos tiempos duró hasta 1973, cuando la dictadura cortó de raíz las "malas artes" de Trilce.

Omar Lara pasó una temporada de tres meses en la cárcel tras la victoria de la sangrienta dictadura de los peones de la CIA, y despues fue oblidado a ir al exilio. Se refugió primero en Perú, y vivió luego un largo periodo de diez años en Rumania, junto con una gran colonia chilena acogida en este pais, al igual que en la mayoria de los paises del llamado "bloque del este", que abrieron sus brazos de par en par, solidariamente, a los perseguidos politicos de las dictaduras latinoamericanas y la sangrienta Escuela de las Americas de EE.UU. (Sobre la colonia chilena de Rumania, mas información aquí ).

En Bucarest se graduó en Filología en la Facultad de Lenguas Romances y Clásicas de la Universidad de Bucarest, donde terminaria traduciendo a los principales poetas locales. Tradujo a Marin Sorescu, Mihai Eminescu, Geo Bogza o Gellu Naum.  Gracias a él (y a Neruda y a Alberti, que tambien tradujeron a  poetas rumanos) podemos hoy leer en español las obras de los grandes autores rumanos, especialmente de la de aquellos que la dictadura mediatica capitalista ha condenado al olvido

Por supuesto que, en lo que mas destaca el poeta, es en su creacion poetica, que, como no, tiene una fuerte presencia de su vida rumana, cuya influencia se dejo sentir incluso en la construccion de una Itaca personal, un Macondo intimo, un lugar imaginario que llamó "Portocaliu", palabra rumana que significa "el naranjo".

Un grupo de exiliados chilenos celebrando un acto politico en Bucarest

Escribio versos en la carcel de Valdivia, en su exilio rumano y en su regreso a Chile, donde, com hemos dicho, hoy es uno de los máximos exponentes de la poesia nacional.

En su obra siempre recordó Rumanía, pues como paso con otros grandes de la poesia latinoamericana, obligados al exilio por el imperialismo y sus títeres locales, como Neruda o Benedetti, entre otros muchos, sus viajes forzados por el mundo les hacen sentirse toda la vida como "viajeros imperfectos" (término del propio Lara).

Así, su poema "Encuentro en Portocaliu", uno de los mas conocidos, nos habla de aquel tiempo pasado en el exilio rumano, en un piso del barrio trabajador de Drumul Taberei, donde muchos chilenos como el esperaban a que la bestia que hundia a su pais en el abismo muriera o que el capitalismo estallara para dejar paso a la libertad, mientras veian, por otro lado, como el comunismo soñado tenia a veces demasiados defectos que debía haber superado, producto de la traicion y el abandono de la lucha de clases y de la dictadura del proletariado por la nueva generacion de dirigentes: exceso de burocracia, nacionalismo, elitismo.  Al final, en un lento proceso el paraiso se fue transformando en su reflejo, el infierno, y el mundo nuevo acabo dando lugar al regreso del mundo viejo, la opresion, la explotacion, y el dominio de las clases parasitas sobre los productores.

En Bucarest, y a pesar de que su biografia muestra lo bien que aprovechó su estancia, estudiando y aprendiendo a la perfeccion el idioma rumano y la cultura del pais, empapandose de la obra de sus colegas ideologicos y artisticos, siempre echo de menos ese "Portocaliu" que termino siendo su verdadera casa y que, como suele pasar con los exiliados, que jamas se vuelven a sentir en el hogar que les obligaron a abandonar, siempre has estado buscando hasta hoy.

Imagenes de Bucarest, como el barrio donde vivio, el rio Dambovita, la columna del infinito de Brancusi, o los planes quinquenales, alimentan su experiencia vital y la construcción de su mundo imaginario que, tras el paso de los años, siguio llamando con la palabra rumana que aprendio entonces: "portocaliu", el naranjo.

ENCUENTRO EN PORTOCALIU

En ese tiempo yo corría detrás de una sombra.
Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei
yo miraba a través de una niebla caliente,
a través de una humedad humosa,
a través de las reverberaciones de agosto
una figura venía caminando
desde la parada de autobuses.

Una figura parecía dirigirse hacia mí,
yo la veía perfectamente desde el décimo piso
en el barrio de Drumul Taberei:
era la odiada figura conocida,
su aborrecible rostro estaba ahí y su pelo
que el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo.
Yo miraba petrificado la escena,
los indolentes pasos y su entorno:
árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol
ondulaba.

Yo miraba esa escena con su centro precioso...

En esos tiempos yo escribía un poema titulado
"Encuentro en Portocaliu",
era necesario encontrarme rápidamente
porque -pensaba yo- ¿la poesía para qué puede
servir sino para encontrarse?
Eso fue después de escribir muchas cartas
preguntando
¿dónde estoy? Nadie sabía donde estaba
y no podían decírmelo,
de modo que empecé a decir a diestra y siniestra
protégeme con algo el corazón.

Protégeme con algo el corazón
seguía repitiendo
y como no me entendían
empecé a escribir unos poemitas insidiosos
relativos al río Dimbovitza,
relativos a la columna del infinito,
relativos al plan quinquenal.
Hasta que un día en Portocaliu.

Un día en Portocaliu
(en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara de naranja)
una tarde en Portocaliu
(en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos patas
larguísimas y picos en forma de corazón)
una noche en Portocaliu
(estaba escrito que no te encontraría
en Portocaliu
pero guardo el recuerdo de esa espera y huellas
de picotazos en forma de corazón).

Por último, otro poema que Lara escribe sobre el recuerdo de su exilio en Bucarest, y su sensación del recuerdo de un mundo que en la distancia del tiempo y del espacio, parece un espejismo, un sueño, un recuerdo entre la niebla:

FOTOGRAFÍA

Ese de la derecha, en cuclillas, debajo de la barbita de Lenin,
ese soy yo.

Es en una ciudad que vi y no vi,
tal vez estuve en ella, esta fotografía me inquieta,
debo averiguar hasta qué punto yo soy en esa imagen.
Anduve dando tumbos en esa ciudad.
Despertaba en la noche y me encontraba en ella,
con esfuerzo volvía a la realidad. Incluso tuve amores

con una muchacha, hasta que me confesó
ser sólo un espejismo. Desde entonces
evito salir sin un plano, ahora último repleto mis bolsillos
con pastillas de variado uso
y de vez en cuando me inclino sobre el pasto

y huelo,
porque reconozco, de veras,
el olor de las calles que conozco
y distingo debajo de la lluvia,
por el sabor del barro,
el lugar donde estoy.

1 comentario:

Bibliotecaru dijo...

Interesant. Chiar nu ştiam.

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